domingo, 22 de febrero de 2015

Tahoe Inn

El Tahoe Inn, fue nuestro hogar por un mes. Estaba en la última (o la primer) parada del bus, a media hora de nuestro trabajo. Tenía el peor de los internet del mundo, y está justo en la frontera de California con Nevada, estratégicamente a metros de varios casinos. 
Nuestras caseras, o las administradoras aunque me gusta mas llamarlas caseras, eran dos señoras de entre 50 y 60 años, esa edad que no se distingue la edad real. Estas dos señoras que yo pensaba eran hermanas, solo resulta que eran amigas y que años después de amistad se enteraron que estaban emparentadas políticamente. 
Becki y Gaby, nos recibieron siempre a su manera tan particular. Becki siempre seria y con cara de estar cansada de tener que tratar con tanta gente estupida, dura en su trato, buena y rápida en los negocios. Nunca dejo de ser cordial, y con el paso de los días que vivimos ahí, al menos yo llegue que conocer a una persona amable y graciosa. Y si, si me iba todas las mañanas a tomar café (muchos cafés, ahí empezó mi adición) con ella y después de las "good morning", teníamos que hablar de algo más no?
Ninguno de mis amigos tiene una buena imagen de ella, convengamos que ellos tampoco la conocieron como yo, pero esto es otra prueba de que a mi la gente mala onda esta hecha para caerme bien, y mi necesidad de hablar con gente grande no hace distinción, bueno demasiada distinción jajajaja. 

Gaby, su amiga, es una señora rubia que parece estar todo el tiempo en otro lugar, al menos mentalmente hablando. No tenía mucha idea de lo que hacía o tenía que hacer en el hotel, solo recibir a las personas de la manera más cálida y amable que uno se pueda imaginar, a mi me causa tanta ternura la gente despistada. 
Uno de los días que descansaba de trabajar, o sea un day off, me fui a la oficina a tomar como el quinto café del día, y a sentarme al sol mientras hablaba con mi gente, estaba ella sola y nos pusimos a hablar, de todo un poco, a conocernos. Supongo que la charla empezaba como las típicas charlas de ascensor, ¿hace frío hoy no?, hace mucho no nieva, es tan triste, bueno a mi no me gusta la nieve pero para los que trabajan acá, es difícil. Yo soy de Sacramento, me dijo, y el año en que me mude para acá (Lake Tahoe) fue el último año con una gran nevada. Mi marido trabajaba en los camiones que limpian la nieve, y como la nieve legaba a tapar las puertas, tenía mucho trabajo. 
Me contó que ella vivía en el hotel, me sorprendió tanto saber eso, ¿cómo  alguien podría vivir, mas de seis meses en un hotel, con solo un microondas para cocinar!?
Y ahí es cuando ella me empezó a contar su historia, hacia pocos años se había mudado para acá, con su marido, no recuerdo la razón exacta, pero si me dijo que no volvería a Sacramento, curiosamente no es la primer persona que me dice eso. 
Hacia dos años, a su marido le diagnosticaron cáncer, y es ahí cuando Becki le dice que vaya a vivir y trabajar al hotel. 
Esa mujer alegre, que siempre parecía estar en otro lado, de repente empezaba a mostrar una cara de melancolía. Estaba contándome, a mi, una extraña, sobre su dolor. 
Hacia menos de seis meses que su marido había fallecido, y ella misma de describía como "no ready to leave" el Tahoe Inn. Ahí, luego de un suspiro empezó a contarme lo incondicional de su amistad con Becki -y es que si, ellas dos juntas se complementaban, solo que hasta ahora no lo había visto tan claro,  Becki estaba ahí para cuidar y proteger a Gaby, que constantemente estaba queriendo estar en otro lado. 
Ese mismo día también me contó que el Tahoe Inn se iba a cerrar en unos meses, para mudarse a otra ciudad cercana (curiosamente también en la última o primer parada del bus), y que ellas estaban viendo que hacer. Becki le dijo que se mudara con ella, pero a otra ciudad en Nevada, busquen un trabajo de medio tiempo y vivan de su pensión. 
Realmente no se cual va a ser el destino de estas dos amigas, Gaby sabe que tiene que tomar decisiones, pero se siete paralizada todavía, y sabe también que Becki va a estar ahí para protegerla. 

Me dio muchísima pena dejarlas, yo me había encariñado con ellas, no solo con el Tahoe Inn, y creo que en esos días también me di cuenta de que sentía la necesidad de hablar con ellas, de hablar con gente grande. 

También en el office, trabajan medio tiempo Charlie y Linda. 
Charlie desde el primer momento me cayo bien, alegro un par de mis mañanas, un día que había entrado a servirme café y estaba absorta en mi celular, me reto. "Eh, good morning there". Levanto la vista y miro avergonzada, porque odio esa actitud en los demás, y me continúa con un "y si, porque vos ahí con tu celular e internet ya ni nos registras", fue una situación tan graciosa, tan parecida al reto de un padre.
Me cuesta bastante describir esta actitud, la se reconocer al instante pero ponerla en palabras me cuesta. Es ese tipo de andar que parece duro (ya voy a aprender sinónimos), pero que cuando entras en confianza su saludo mas duro es el más cálido del mundo. 
Charlie también vive y trabaja en el Tahoe Inn, no se cual habrán sido sus razones para terminar ahí. Pero su presencia, no se si decir hizo diferente mi estadía ahí, porque no se como hubiera sido sino, se hizo sentir en mi. 

Y Linda, las primeras veces que la vi, pensé ay que mala onda esta señora, pero un día que venia tarde de trabajar y estaba con ganas de un café e internet, me encuentro con ella y con lo que al parecer eran ganas de conversar. Así que, solté el celular y me puse a charlar. Me pregunto sobre mi trabajo, y que estaba buscando algo mas, me recomendó inmediatamente donde buscar, le conté que estudiaba psicología en mi país, y eso convirtió nuestra charla en una mucho menos superficial. Le conté sobre los movimientos de salud mental, y ella me contó que tenía un titulo como de psicóloga social y que estaba en Tahoe Inn escribiendo un libro sobre un caso clínico que atendió años atrás, sobre una chica con estrés post traumático, que hacia 20 años había sido secuestrada y torturada; me contó sobre un tratamiento que estaban empezando a implementar con los que estaban en la guerra, porque usando sus palabras "América es un país que le debe todo a la guerra", terapias online por skype (bendito internet) mientras el, llamémosle, paciente recibe algún tipo de acupuntura que estimula ciertas zonas para estimular ciertos recuerdos, y poder de esa manera tratar el estrés que es sufrido. Tengo que averiguar mejor sobre esto, a mi me pareció interesantísimo, pero también influyó el hecho de que hacia un mes no hablaba de psicología. Nos pasamos mails para poder seguir hablando del tema, y mantenerme al tanto de las novedades, por si algún día quería trabajar de esa manera. 


De nuevo, esto de cruzarse con desconocidos que entran instantes en mi vida, la tocan, se convierten en recuerdos y se van. No se cuantos desconocidos mas entrarán en esta descripción, creo que seria mas fácil calcular un numero estimativo de gente que se va a quedar, ¿tres, cuatro, cinco?





 

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